Por qué el América sigue siendo el club más temido de México
Pese a que no está en su mejor momento, América mete miedo en México.
OPINIÓN
El América no necesita demostraciones para ser reconocido. Cada torneo en México tiene un protagonista obligado: el América. Y no es casualidad. Este club ha marcado su historia no solo por títulos, sino por la forma en que impone respeto en cada cancha. Siempre es candidato, jugando bien o mal, porque su grandeza trasciende partidos puntuales.
Solo basta mirar los últimos cuatro torneos: de las últimas cuatro finales que disputó, ganó tres. Esa es la medida de lo que significa ser el América. Hoy, en pleno Apertura 2025, el equipo ya está en playoffs, a apenas dos puntos del líder y con dos jornadas por delante. Y aún así, algunos hablan de “crisis”. Crisis es no clasificar, no ser campeón durante años o depender de un play-in para seguir vivo. Lo del América no tiene nada de eso. El club sigue compitiendo, sigue peleando títulos y mantiene la ambición intacta.
Ese es el miedo que despierta: todos quieren ganarle al América. Y no por casualidad, sino porque saben que cada derrota contra este equipo es un desafío que pocos logran cumplir. Los rivales preparan sus mejores estrategias para intentar frenar a un gigante que nunca deja de levantarse, que siempre busca superarse, que no se conforma con participar. Incluso cuando el equipo atraviesa momentos irregulares, la camiseta azulcrema pesa más que cualquier crisis pasajera.
La historia del América está construida sobre la necesidad de superarse siempre. Jugar mal no forma parte de esa historia; el club no se puede permitir quedarse en el conformismo. André Jardine, desde el banquillo, ha entendido ese ADN y lo aplica cada partido. Con su dirección, el equipo va por su quinta final consecutiva, con la posibilidad de sumar otro título más a una era que ha dejado claro que la grandeza no se improvisa.
El respeto y el temor que genera el América en México no vienen solo de los títulos, sino de la constancia. Mientras otros clubes celebran victorias aisladas, el América crea ciclos de éxito, mantiene planteles competitivos y siempre tiene la mira puesta en lo más alto. Eso convierte al club en una referencia obligada y explica por qué, año tras año, sigue siendo el equipo que todos quieren vencer.
Ser el América implica presión, exposición y un nivel de exigencia que pocos clubes pueden sostener. Pero también significa orgullo, historia y un hambre que no se apaga. Y mientras otros equipos intentan alcanzarlo, el América sigue avanzando, ganando campeonatos, marcando tendencia y demostrando que ser el club más temido de México no es casualidad: es la consecuencia de su grandeza.
Por: Diego Becerra
