Por qué la posible salida de André Jardine puede ser lo mejor para América

El entrenador tiene los meses contados en la institución.

La salida de Jardine del América es necesaria.
La salida de Jardine del América es necesaria.
Foto de Diego Becerra
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En el futbol, los ciclos se cumplen y nada dura para siempre. André Jardine llegó a Coapa con ambición, logró consolidar su estilo y se convirtió en un ídolo para la afición azulcrema, dejando un legado con títulos y momentos históricos. Sin embargo, incluso los más grandes llegan a un punto donde la continuidad puede empezar a pesar más que sumar. Pero el verdadero dilema no es su partida, sino el vacío de poder que dejaría en una institución que no sabe vivir sin un líder absoluto.

UN CICLO CERRADO CON LOGROS HISTÓRICOS

Jardine ya lo ganó todo en América. Su etapa al frente del equipo le permitió imprimir identidad, desarrollar jugadores y conquistar un tricampeonato histórico que quedará grabado para siempre en las vitrinas del club. Reconocerlo como un referente no significa ignorar que todo proceso tiene un final natural, y que el cambio puede ser saludable tanto para él como para la institución. El estratega brasileño ha tocado el cielo con las Águilas, aunque en los pasillos de Coapa se dice que ese mismo éxito es el que hoy le impide ver la crisis que se avecina.

2025, UN AÑO PARA EL OLVIDO

El año pasado quedó marcado como un periodo complicado para Jardine. Los resultados no acompañaron, el equipo mostró irregularidades y su estrategia dentro y fuera del campo comenzó a ser cuestionada tras un 2025 sin trofeos. En un club de la magnitud del América, la paciencia es un lujo que nadie se puede permitir y un año de sequía se siente como una eternidad. La presión ha llegado a un punto de no retorno, y lo que antes eran aplausos, hoy son murmullos sobre un vestidor que parece haber dejado de creer en su guía.

MALAS DECISIONES Y FICHAJES CUESTIONADOS

Parte del desgaste también vino de decisiones que no rindieron frutos, sobre todo en el mercado de fichajes gestionado junto a Santiago Baños. Elegir jugadores que no encajaron con el proyecto y cometer errores estratégicos en momentos clave generó críticas que debilitaron la percepción de su liderazgo. La salida, entonces, puede ser vista como una forma de dar un respiro al club y comenzar una nueva etapa. El crédito se agotó entre contrataciones fallidas, dejando una pregunta que inquieta a la directiva: ¿quién heredará un plantel diseñado a capricho de un técnico que ya tiene un pie fuera?

UN CAMBIO NECESARIO PARA MIRAR HACIA ADELANTE

Aceptar que Jardine podría irse no es desmerecer su legado, sino entender que los ciclos terminan y los equipos necesitan renovarse. Su salida abriría espacio para nuevas ideas, refuerzos y un impulso fresco que el América necesita para volver a la élite y seguir siendo dominante en México. El Clausura 2026 se perfila como el escenario final, pero la gran incógnita es si el club ya tiene bajo llave el contrato del hombre que llegará para borrar el rastro de la era Jardine.

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