Por qué Saint‑Maximin es el refuerzo más desequilibrante que ha llegado a la Liga MX este año

El futbolista francés está pasando por un gran presente en México.

Allan Saint-Maximin, el mejor extremo de México.
Allan Saint-Maximin, el mejor extremo de México.
Foto de Diego Becerra
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Desde que Allan Saint‑Maximin llegó al Club América, se sintió que algo había cambiado. No es solo un refuerzo más, es un salto de calidad que el equipo necesitaba. Con pasado en la Premier League y experiencia en Europa, el francés trae al América velocidad, desequilibrio y creatividad que pocas veces se han visto en la Liga MX. Su llegada no solo rompió el mercado, también levantó la ilusión de la afición: este jugador puede marcar la diferencia en partidos que se deciden por detalles.

No hace falta esperar demasiado para ver su impacto. Saint‑Maximin ya ha anotado tres goles desde su llegada, y más allá de las estadísticas, se nota cómo su presencia eleva al equipo. En cada regate, en cada desborde, en cada pase al área, demuestra que es un jugador capaz de generar peligro constante. Su capacidad de superar rivales en el mano a mano y de abrir espacios para sus compañeros lo coloca entre los mejores extremos del futbol mexicano. En regates intentados, regates exitosos, duelos ofensivos, pases al área y acciones progresivas, Saint‑Maximin se destaca sobre la mayoría; incluso está segundo en pases clave de toda la Liga MX.

El América siempre ha buscado jugadores que marquen diferencias, y con Saint‑Maximin lo consiguió. No es un refuerzo de relleno; es un jugador que puede cambiar un partido con un solo gesto. Esa capacidad para desequilibrar, para romper defensas cerradas y generar peligro constante, es justo lo que necesitaba un equipo que quiere pelear por todos los frentes. La llegada de un talento así también sirve para contagiar al resto de la plantilla: obliga a sus compañeros a elevar su nivel y pone en alerta a los rivales, que saben que enfrentan a un jugador que puede decidir cualquier partido.

Y hablando de partidos decisivos, la Liguilla será su verdadero examen. Es en los momentos de tensión, cuando los marcajes son más cerrados y la presión se siente en el estadio, donde se distingue a un buen jugador de uno que puede ser clave. Saint‑Maximin tiene todas las condiciones para ser esa pieza que el América necesita en instancias de eliminación directa. Su velocidad, su capacidad para superar rivales y su visión de juego pueden convertirse en la diferencia entre avanzar o quedarse fuera.

Claro que adaptarse al futbol mexicano siempre tiene sus retos. Nuevos compañeros, un estilo de juego diferente, la intensidad de la Liga MX y la presión de ser considerado el mejor refuerzo del torneo son factores a los que deberá ajustarse. Pero los primeros indicios son alentadores. Su energía, su carácter y la forma en que se mueve dentro del campo muestran que está listo para asumir el reto y aportar desde el primer día.

En resumen, la llegada de Allan Saint‑Maximin no es solo un fichaje; es una declaración de intenciones del América. El club no solo buscó talento, buscó desequilibrio, creatividad y un salto de calidad inmediato. Ya está dejando su huella con goles, regates y jugadas decisivas, y todo indica que en la Liguilla será aún más importante. Como aficionado Águila, ver a un jugador así en la cancha es motivo de ilusión y orgullo: un refuerzo que no solo eleva al equipo, sino que también nos recuerda que el América siempre busca estar un paso adelante.

Por: Diego Becerra.

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