El América llega a la liguilla con una autoridad que ningún rival puede igualar

Las Águilas son los mejores en las fases decisivas y ha quedado demostrado.

América va por otra Liguilla histórica.
América va por otra Liguilla histórica.
Foto de Diego Becerra
Autor
Publicado:

OPINIÓN

El Club América vuelve a instalarse en la liguilla con un peso específico que, por más altibajos que haya tenido en el 2025, ningún equipo de la Liga MX puede replicar. El año no fue el mejor en cuanto a rendimiento, regularidad o explosiones individuales; hubo tramos donde el nivel quedó por debajo de lo que normalmente exige el americanismo. Sin embargo, incluso en su versión más terrenal, el América compite. Compite siempre, compite contra cualquiera y compite en cualquier contexto. Y en un formato como el mexicano, eso vale más que cualquier racha brillante de temporada regular.

TE PUEDE INTERESAR:

Porque mientras otros clubes necesitan condiciones perfectas para pelear arriba, el América lo hace aun en medio de turbulencias, lesiones, desgaste y partidos discretos. El 2025 fue un ejemplo claro: el equipo no logró sostener la intensidad que lo caracterizó en años anteriores, sufrió momentos de desconexión futbolística y perdió puntos que, históricamente, no se le escapaban. Pero aun así, llegó a la final del Clausura 2025. Y ahora, meses después, está nuevamente entre los ocho mejores del Apertura 2025, instalado en la parte del torneo donde realmente importa competir.

Cuando llega la liguilla, el América deja de ser un equipo grande para convertirse en una institución diseñada para este tipo de escenarios. La presión no lo incomoda, lo alimenta. La exigencia no lo quiebra, lo ordena. Y aunque parezca exagerado, la historia muestra que América es probablemente el único club del país que puede tener un año “normalito”, según sus propios estándares, y aun así firmar temporadas que cualquier otro equipo celebraría como un éxito rotundo.

La autoridad con la que América pisa la liguilla no se explica solo desde el presente, sino desde la continuidad. Este plantel ha llegado a instancias finales de forma consistente desde hace años. Muchos de sus futbolistas conocen lo que es disputar semifinales, finales, remontar bajo presión, administrar la ventaja o sobrevivir a noches adversas. No son jugadores improvisados en estas circunstancias: están formados en un club donde clasificarse entre los ocho mejores no es motivo de celebración, sino una obligación cotidiana.

Eso también marca una diferencia emocional con el resto de los clubes. Mientras muchos equipos llegan a la liguilla con ilusión, América llega con responsabilidad. Mientras otros entran con esperanza, América entra con misión. Por eso la autoridad con la que pisa esta fase no tiene comparación: es una mezcla de historia, jerarquía, talento y carácter competitivo.

El 2025 puso a prueba al plantel y al cuerpo técnico. Hubo partidos donde la idea de Jardine parecía desdibujarse, jugadores que no encontraron su mejor versión y momentos donde el equipo se sostuvo más por oficio que por lucidez. Pero ese es justamente el punto: incluso cuando no brilla, el América está. Incluso cuando no convence, avanza. Incluso cuando baja su nivel, sigue siendo un dolor de cabeza para todos sus rivales.

Llegar a la final del Clausura 2025 en un año así debería ser suficiente para dimensionar la competitividad del equipo. Pero no se quedó ahí: en el Apertura también encontró manera de estar entre los ocho mejores, fortaleciendo la narrativa de que este club sabe jugar temporadas largas sin descolgarse. Cuando otros se desploman, América se mantiene. Cuando el ritmo baja, el escudo sostiene. Y cuando llega la liguilla, es como si el equipo entendiera que todo lo anterior fue un calentamiento.

Hoy, aunque no sea la versión más dominante ni la más espectacular de los últimos años, el América vuelve a la liguilla con la autoridad de siempre. Porque no necesita firmar una campaña perfecta para ilusionar. No requiere arrasar en puntos para generar respeto. Su sola presencia en las fases finales cambia el comportamiento de los rivales, modifica los análisis, eleva la tensión del torneo.

TE PUEDE INTERESAR:

El cierre del 2025 confirma algo que ya parecía evidente: aun cuando el equipo no está en su mejor nivel, sigue siendo candidato natural. Porque el América no compite solo cuando juega bien; compite siempre. Y en la liguilla, eso vale oro.

Por: Diego Becerra.

LO MÁS RECIENTE