El ultimátum de André Jardine, las dos medidas radicales en el América para evitar un nuevo fracaso en 2026

Tras un 2025 que dejó más dudas que certezas, André Jardine ha regresado al Nido con una mentalidad renovada y un plan de trabajo asfixiante

André Jardine impuso sesiones dobles y canceló los viajes de pretemporada.
André Jardine impuso sesiones dobles y canceló los viajes de pretemporada.
Foto de Diego Becerra
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André Jardine ha vuelto a los trabajos en Coapa con el cuchillo entre los dientes. Las dos decisiones que tomó en su regreso son contundentes y marcan el inicio de una era de "tolerancia cero". En primer lugar, se ha determinado que el equipo no saldrá de la Ciudad de México durante toda la pretemporada; nada de viajes a playas o giras de exhibición distractoras. El enfoque será total en las instalaciones del club. En segundo lugar, el estratega ha instaurado jornadas de doble sesión obligatorias para nivelar físicamente a una plantilla que lució fundida el torneo anterior. Jardine ha decidido encerrar a sus jugadores en el nido para recuperar la mística que se perdió entre lujos y viajes.

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Un 2026 sin margen de error

El técnico brasileño sabe perfectamente que el 2025 fue un año de decepción en decepción y que su continuidad peligra seriamente si vuelve a fracasar en el próximo semestre. Jardine quiere un 2026 distinto, con un equipo que corra y muerda en cada sector del campo, por lo que la preparación física ha dejado de ser una sugerencia para convertirse en una ley. Sabe que la directiva no tendrá paciencia si los resultados no llegan desde la jornada 1, y por ello ha decidido sacrificar el descanso de sus futbolistas. El estratega está jugando su última carta y ha decidido que, si va a caer, lo hará bajo sus propias reglas de disciplina extrema.

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La soledad de Jardine: Sin refuerzos a la vista

Lo más alarmante de este inicio de pretemporada es que, por el momento, el América no tiene refuerzos oficiales. El técnico ha comenzado los trabajos con la misma base que fracasó el año pasado, sin ninguna cara nueva que refresque el vestidor. La directiva ha sido clara: si el América no libera plazas de extranjeros y jugadores transferibles, no habrá presupuesto para comprar a nadie. Jardine se encuentra trabajando con las uñas, esperando que las salidas de nombres como Lichnovsky o Dávila se concreten pronto para ver si, finalmente, llega el talento que tanto ha pedido. El técnico está solo ante el peligro, entrenando a un equipo que espera una "limpia" que parece no llegar nunca.

El fantasma del desempleo acecha en Coapa

El clima que se respira en el Nido es de máxima tensión. Los jugadores saben que las dobles sesiones son solo el principio de un torneo donde no habrá privilegios para nadie. Mientras el resto de los equipos de la Liga MX presumen sus nuevas contrataciones, en el América el silencio administrativo es ensordecedor. Jardine tiene el reto de motivar a un grupo que sabe que muchos de ellos están en la lista de descartados, pero que deben seguir sudando la gota gorda bajo el sol de Coapa. El 2026 comienza cuesta arriba para un América que, antes de pensar en volar, primero debe aprender a caminar entre sus propias crisis internas.

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