Las tres razones por las cuales Álvaro Fidalgo debe ir al Mundial 2026
El mediocampista de las Águilas merece estar en el certamen.
OPINIÓN
La Selección Mexicana necesita recuperar identidad, dinamismo y carácter competitivo rumbo al Mundial 2026. Y si hay un futbolista que reúne exactamente lo que hoy le falta al Tri, ese es Álvaro Fidalgo. Aunque su convocatoria sigue generando debate entre analistas, ex jugadores y aficionados, la realidad es que el mediocampo mexicano atraviesa uno de sus momentos más pobres en años, y dejar fuera a un jugador de su perfil sería un error estratégico. Por eso, aquí van tres razones contundentes por las que debe estar en la Copa del Mundo.
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1. Su jerarquía es diferente al resto
En la Liga MX no hay muchos futbolistas con la inteligencia, lectura de juego y determinación de Fidalgo. El español entiende los partidos como pocos y aparece cuando el equipo más lo necesita. Tiene liderazgo silencioso, carácter ganador y regularidad en altísimo nivel. Su jerarquía no es común en el futbol mexicano, y cuando se trata de un Mundial, la diferencia entre competir y simplemente participar suele estar marcada por jugadores así: cerebrales, estables y capaces de influir en el ritmo del equipo.
Excluir a un futbolista con esta capacidad sería restarle calidad al Tri en un torneo donde cada detalle decide partidos.
2. México necesita alguien que dé juego en un mediocampo sin ideas
El Tri lleva años arrastrando un problema evidente: su mediocampo no genera volumen, no filtra pases, no rompe líneas y no tiene un conductor natural. Fidalgo es exactamente eso. Un mediocampista que piensa antes de recibir, que limpia jugadas, que da claridad en zonas de presión y que hace que el equipo funcione.
Javier Aguirre, igual que entrenadores anteriores, ha probado piezas, rotado perfiles y ajustado sistemas, pero la falta de creatividad es la misma. Fidalgo sería una solución inmediata. Con él, México tendría un enlace real entre la recuperación y el ataque. Sin él, seguirá dependiendo de chispazos individuales y de transiciones forzadas que no alcanzan en un Mundial.
3. Competitividad pura: viene del club más exigente del país
No es un detalle menor: Fidalgo es figura en América, el club que vive bajo presión 365 días al año. Allí ganar es obligación, perder un partido es crisis y cada torneo se juega con expectativas de campeonato. No cualquiera sostiene un nivel alto en ese ambiente. Él sí.
Esa competitividad se traduce en mentalidad mundialista. Fidalgo está acostumbrado a escenarios grandes, a partidos decisivos, a manejar ritmos y a responder cuando todo arde. México necesita eso. Necesita futbolistas preparados para competir ante selecciones de élite, no jugadores que se encogen cuando sube el nivel.
El salto emocional y competitivo que él aportaría no lo tiene ningún otro mediocampista del Tri.
Si México realmente quiere mejorar su papel en 2026, necesita dejar de tomar decisiones basadas en prejuicios y empezar a elegir a los que mejor juegan. Fidalgo está entre los mejores del país, y su impacto sería inmediato.
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Por jerarquía, por fútbol y por competitividad, debe estar en el Mundial. Y si el objetivo es que el Tri compita de verdad, su presencia no es opcional: es necesaria.
Por: Diego Becerra.
