Nadie soporta ser el América: por eso todos quieren verlo caer
Cada año queda demostrado que el América es la envidia de todo México.
OPINIÓN
Nadie soporta al América. Lo sabemos. Cada triunfo del club, cada título, cada racha positiva, despierta envidia, críticas y comentarios que muchas veces rozan lo absurdo. Desde fuera parece que todo se trata de “robos” o de favoritismos arbitrales, pero la realidad es que el América gana porque tiene hambre de gloria, porque pelea cada balón y porque siempre está dispuesto a ir un paso más allá que cualquiera.
El americanismo genera emociones intensas. Y eso molesta. Molesta porque pocos equipos tienen la capacidad de mantenerse en la cima de manera constante. Molesta porque nadie puede competir con la historia, los títulos y la estructura que Coapa ha construido. Molesta porque ganar en México no es fácil, y mucho menos ganar tantas veces en tan poco tiempo. La envidia no es casual: todos quieren ser América, todos hablan de nosotros, todos buscan el momento en que tropiece el gigante.
Es curioso escuchar a los críticos señalar a otros clubes como “los más favorecidos” o acusar al América de recibir ayudas externas. La verdad es que ningún rival puede sostener lo que hace el América. No hay atajos para ser tricampeón, no hay magia para mantener un plantel competitivo año tras año, y tampoco hay suerte que sustituya el trabajo y la ambición de un equipo completo. El club no depende de nombres ni de casualidades; depende de hambre, de proyecto y de continuidad. Eso molesta, y por eso siempre habrá voces tratando de minimizar los logros.
Ser el América implica cargar con una presión enorme. Cada derrota se magnifica, cada polémica se comenta hasta el cansancio, y aún así el equipo se levanta y sigue compitiendo. Esa resiliencia es única. Mientras otros se conforman con participar, el América compite para ganar, para trascender, para marcar la diferencia en cada torneo. Esa mentalidad es la que convierte a los títulos en algo natural y a los jugadores en referentes. Esa mentalidad es la que otros equipos miran con envidia.
Los críticos no entienden que el club no hace concesiones. No hay partidos “regalados” ni campeonatos entregados. Cada trofeo que llega a Coapa tiene detrás sacrificio, planificación y hambre de gloria. Nadie gana de esa manera si no tiene una cultura ganadora, si no tiene hambre de ser grande. Eso es lo que define al América: no la suerte, ni las polémicas, ni las opiniones externas.
Por eso, aunque siempre habrá quienes quieran verlo caer, el América seguirá siendo el equipo que marca el estándar en México. Y mientras exista esa envidia, mientras otros busquen excusas o comparaciones, el club seguirá creciendo, peleando y ganando. Porque el América no se detiene, no se conforma, y sobre todo, no necesita aprobación de nadie para ser grande.
Por: Diego Becerra